¿Cómo afecta la automatización a la empleabilidad de egresados universitarios en Chile?

La automatización no es una amenaza abstracta ni una promesa futurista. Es una realidad que ya está reconfigurando el mercado laboral chileno, y sus efectos no se distribuyen de forma pareja. Mientras algunos egresados universitarios encuentran nuevas oportunidades en sectores que se digitalizan, otros ven cómo sus habilidades pierden valor frente a algoritmos, robots o sistemas inteligentes que no piden vacaciones ni cometen errores humanos.

Este fenómeno no ocurre en el vacío. Está moldeado por decisiones políticas, por la estructura productiva del país y por la capacidad de las universidades para anticiparse a los cambios. Y aunque la automatización no elimina el trabajo en sí, sí transforma lo que significa estar preparado para trabajar.

Qué se entiende por automatización en el contexto laboral chileno

Cuando se habla de automatización, muchos piensan en brazos robóticos en fábricas o en software que reemplaza tareas administrativas. Pero en Chile, el concepto abarca desde la digitalización de trámites públicos hasta el uso de inteligencia artificial en servicios financieros, salud, educación y minería.

Según el estudio del Centro de Estudios Públicos (CEP), el 46% del empleo en Chile tiene un riesgo alto o medio de ser automatizado. Esto no significa que esos puestos desaparecerán mañana, pero sí que están expuestos a transformaciones profundas. Y en ese escenario, los egresados universitarios no están exentos.

Qué carreras enfrentan mayor riesgo de automatización

No todas las profesiones están igual de expuestas. Las que dependen de tareas repetitivas, estructuradas y fácilmente codificables son las más vulnerables. En cambio, aquellas que requieren juicio, creatividad o interacción humana compleja tienen más margen de adaptación.

Área de estudioRiesgo estimado de automatizaciónEjemplos de tareas automatizables
Administración y contabilidadAltoRegistro de datos, conciliaciones bancarias, informes financieros
DerechoMedioRevisión de contratos, análisis jurisprudencial, redacción de documentos
Ingeniería civilMedioCálculos estructurales, simulaciones, modelado
MedicinaBajoDiagnóstico por imágenes, gestión de fichas clínicas
PsicologíaBajoEvaluaciones estandarizadas, seguimiento de pacientes
Diseño gráficoMedioEdición básica, generación de contenido visual automatizado

Estos datos se basan en estimaciones del Observatorio de Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) que analizó la evolución del empleo post pandemia y proyectó tendencias de automatización hasta 2025.

Cómo afecta la automatización a los recién egresados

Para quienes recién salen de la universidad, el impacto se siente en tres frentes: la dificultad para encontrar el primer empleo, la necesidad de adquirir competencias digitales rápidamente y la presión por diferenciarse en un mercado saturado.

Un egresado de ingeniería comercial, por ejemplo, puede encontrarse con que las tareas que antes eran parte de su primer trabajo —como análisis de datos o elaboración de reportes— ahora las realiza un software. Lo mismo ocurre en áreas como periodismo, donde los algoritmos ya redactan notas básicas, o en arquitectura, donde los modelos BIM automatizan parte del diseño.

Esto obliga a los jóvenes profesionales a moverse rápido, a aprender herramientas que no estaban en el currículo y a entender que el título ya no garantiza empleabilidad. Como señala el economista Andrés Arriagada en su estudio publicado por SciELO Chile, “el efecto de la automatización está estrechamente ligado a la tasa de destrucción de empleo y al nivel educativo del trabajador”.

Qué habilidades marcan la diferencia en este nuevo escenario

No basta con saber usar Excel o tener nociones de programación. Lo que realmente marca la diferencia es la capacidad de aprender rápido, de adaptarse a entornos cambiantes y de trabajar en equipos multidisciplinarios. Las llamadas “habilidades blandas” —comunicación, liderazgo, pensamiento crítico— se vuelven tan importantes como las técnicas.

También se valoran competencias como:

  • Manejo de datos y visualización (Power BI, Tableau)
  • Automatización de procesos (Python, RPA)
  • Diseño centrado en el usuario (UX/UI)
  • Gestión de proyectos ágiles (Scrum, Kanban)
  • Inteligencia artificial aplicada (machine learning básico)

Estas habilidades no siempre se enseñan en la universidad, pero pueden adquirirse a través de cursos cortos, bootcamps o certificaciones. Y muchas veces, son la diferencia entre quedar fuera o entrar por la puerta grande.

Qué están haciendo las universidades chilenas para responder

Algunas instituciones han comenzado a revisar sus planes de estudio, incorporar asignaturas de tecnología y fomentar la vinculación con empresas. Pero el ritmo de cambio no siempre es suficiente.

La Universidad de Chile ha impulsado iniciativas como el programa “Formación General en Inteligencia Artificial”, abierto a estudiantes de distintas carreras. La Pontificia Universidad Católica ha creado el Centro de Estudios de la Automatización y el Trabajo, que investiga el impacto de la tecnología en el empleo. Y la Universidad Adolfo Ibáñez ofrece diplomados en transformación digital y analítica avanzada.

Estas acciones son un paso en la dirección correcta, pero aún queda mucho por hacer. La automatización no espera a que los programas académicos se actualicen. Y los estudiantes necesitan herramientas concretas para enfrentar un mercado que cambia más rápido que los planes de estudio.

Qué rol juega el Estado en este proceso

El gobierno chileno ha reconocido el desafío. El Ministerio del Trabajo y Previsión Social ha impulsado el programa “Chile Aprende”, que busca capacitar a trabajadores en habilidades digitales. También se han desarrollado políticas de reconversión laboral y se ha promovido la formación técnica en áreas como programación, ciberseguridad y análisis de datos.

Pero la automatización no se resuelve solo con cursos. Se necesita una estrategia nacional que articule a universidades, empresas y organismos públicos, que identifique las áreas más vulnerables y que promueva la formación continua como parte del desarrollo profesional.

Qué pueden hacer los egresados para prepararse

No hay una receta única, pero sí algunas claves que pueden marcar la diferencia:

  • No quedarse solo con el título. Buscar certificaciones, cursos y experiencias que complementen la formación.
  • Aprender a aprender. La capacidad de adquirir nuevas habilidades será más valiosa que cualquier conocimiento específico.
  • Conectarse con el mundo laboral. Participar en ferias, prácticas, mentorías y redes profesionales.
  • Desarrollar una marca personal. Mostrar lo que se sabe hacer, lo que se ha aprendido y lo que se quiere lograr.
  • Estar atentos a los cambios. Leer, investigar, preguntar. La automatización no es un fenómeno lejano, es parte del día a día.

Un futuro que se construye hoy

La automatización no elimina el trabajo, lo transforma. Y en ese proceso, los egresados universitarios tienen dos opciones: adaptarse o quedarse atrás. No se trata de competir con las máquinas, sino de aprender a trabajar con ellas, de encontrar el valor que solo un ser humano puede aportar.